Durante más de 30 años, Urandir Fernandes de Oliveira, CEO del Ecosistema Dakila, ha explorado lugares inhóspitos de la selva amazónica, revelando la riqueza histórica y arqueológica que constituye un legado tanto para los brasileños como para el mundo.
Con los recientes avances tecnológicos, la preverificación remota de algunos lugares ha facilitado la toma de decisiones para una logística más eficiente, registrando puntos de interés significativos para la ciencia y la humanidad.
El año 2023 adquirió una importancia particular, con la ocurrencia de bajadas atípicas en los niveles de los ríos, revelando información antes sumergida por las aguas.
Es crucial destacar que estos descubrimientos no son fortuitos. La identificación de estos lugares con grabados se basó en evidencias e indicaciones encontradas en los últimos trabajos de campo de los investigadores en el estado de Paraná, siguiendo los caminos de Peabiru, cuyo pavimento original se conserva bien en Brasil. El camino de Peabiru, también conocido como el camino de los incas, indios o jesuitas, dio origen a las investigaciones de Ratanabá, con el grupo de investigadores reconstruyendo el mapa original de estos recorridos.
La más reciente expedición de 2023 del equipo de investigadores de Dakila tuvo lugar en el estado de Amazonas, a orillas del río Aripuanã. Se identificaron tres sitios con grabados rupestres, siendo el último punto, de acceso más desafiante, también el más sorprendente.
En la mañana del 19 de diciembre, los investigadores llegaron temprano al lugar de los paneles, previamente visitado por el equipo Dakila de Apuí responsable del desplazamiento fluvial la semana anterior.
“Hasta ahora hemos encontrado en la Amazonía Brasileña el mayor panel de grabados, que presenta diversas simbologías. Creo que estos grabados cuentan historias, ya que hay líneas que se asemejan a páginas separando las inscripciones. ¿Por qué este panel es especial? Porque contiene grabados diferenciados, incluyendo micrograbados. Lo considero igual o incluso de mayor importancia que la piedra del Ingá o los grabados encontrados en la Piedra Preta en Paranaíta”, afirma Oliveira.
Se identificaron 9 paneles en una extensión total de 35 metros, siendo el más grande de ellos de 9 metros de longitud por 4 metros de altura. Más de 500 grabados y micrograbados fueron registrados en la roca granitoide, abarcando formas geométricas, dibujos antropomorfos, zoomorfos y representaciones de símbolos, algunos ya vistos en otros sitios arqueológicos y otros inéditos.
Respecto a las primeras impresiones del equipo y los significados del panel, la directora de investigaciones de Dakila, Fernanda Lima, destaca el cuidado y la perspicacia de quienes dejaron los grabados, observando que “todo lo hecho en piedra fue hecho para perdurar. Quien lo hizo contaba con que algún día las futuras generaciones llegarían aquí y tendrían acceso a esta información”. Ella enfatiza que además de las historias del pasado, el panel puede contener alertas para el futuro y fórmulas para la creación de tecnologías.
Según los análisis iniciales de Oliveira, “algunos símbolos son conocidos del IRDIM, que fue el primer alfabeto del mundo. Algunos representan el hoy y el mañana, o el pasado y el futuro, pero nada muy concluyente. Tenemos que estudiar algunos días más y hacer diversas comparaciones para entender un poco lo que realmente quisieron mostrarnos”.
Todos los registros fueron realizados por los investigadores y el arqueólogo Saulo Ivan Nery, quien destaca la importancia y contribución científica de este hallazgo para la arqueología brasileña. Él subraya que el panel identificado en el lecho del río Maracanã es inédito para la región, presentando símbolos recurrentes en otros sitios arqueológicos, estableciendo patrones importantes para la investigación. “Es un hallazgo importante para las investigaciones de Dakila, pero también para investigadores y arqueólogos de todo el mundo”.
En algunos lugares del panel, se identificaron micrograbados de una precisión fuera de los estándares convencionales, suscitando preguntas sobre la técnica o tecnología utilizada para la confección del panel. Todos los sitios e información fueron registrados junto al IPHAN.
Con el descubrimiento de estos paneles y la identificación de algunos símbolos, el Equipo de Dakila ya ha delineado los próximos destinos. El año 2024 promete ser otro año prometedor, lleno de hallazgos inéditos y revelaciones de los equipos de Dakila, que operan no solo en Brasil, sino también en diversas partes del mundo.
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